viernes, mayo 18, 2007

Reyes, corsarios y piratas: usufructuarios de América y del Caribe (Arciniegas) Freire

Reyes, corsarios y piratas: usufructuarios de América y del Caribe.

Por Cristian Freire Holguin

“Cuanto hombre o mujer grande hubo en

Europa, se vinculó a la aventura central del

mar caribe. Descubrimiento, conquista,

pillaje, se hicieron con Reyes al fondo.”

Europa antes del siglo XVI fue el tablero de ajedrez donde los grandes monarcas de España, Inglaterra y Francia realizaron las jugadas estratégicas que llevarían a sus reinos a la grandeza económica, militar y territorial que posteriormente le garantizarían la gran hegemonía dominante dentro del imperio mundial.

Tras el descubrimiento de América el mundo emergido del Caribe sufre un giro de 360 grados, ese escenario cambia radicalmente porque el nuevo continente, América, trae consigo un gran abanico de posibilidades, para que por medio de ellas, las coronas Europeas tengan la oportunidad de incrementar su riqueza, lo cual trajo consigo y como directa consecuencia de ello una guerra no declarada, convirtiendo así al mar Caribe en el centro y eje fundamental de esta maravillosa historia, así como aquellos actos generados en ese mismo epicentro, tales como: actos de pillerías, asaltos y piratería.

Después de lo dicho, es de vital importancia afirmar que:“Que el siglo XVI es el siglo de oro de España, es la verdad: pero no es toda la verdad. El XVI es de oro no solo para España sino para Inglaterra, para Francia. Es el siglo de Cervantes, de Shakespeare, de Rabelais. Las letras no tuvieron antes, en los tres reinos, esplendor parecido. Ni tampoco los reyes; Carlos V y Felipe II, Isabel de Inglaterra, Francisco I, son en sus cortes reyes de oro, con que la historia se viste de nuevo. Pero al fondo hay algo más. Con el descubrimiento de América la vida toma una nueva dimensión: se pasa de la geometría plana a la geometría del espacio. De 1500 hacia atrás, los hombres se mueven en pequeños solares, están en un corral, navegan en lagos. De 1500 hacia delante surgen continentes y mares y océanos.

Todo este drama se vivió, tanto o más que en ningún otro sitio del planeta, se vivió en el mar caribe. Allí ocurrió el descubrimiento, se inicio la conquista, se formo la academia de los aventureros. La violencia con que fueron ensanchados los horizontes, empujo a los hombres por el camino de la audacia temeraria.

La historia del caribe en el siglo XVI hay que verla como un campo de batalla donde se juegan, con los dados de los piratas, las coronas de los reyes de Europa.”[1]

El problema generado entre las tres grandes coronas (España, Francia e Inglaterra), comenzó debido a la disputa por la corona de Alemania, la cual tras varios años de lucha es ganada por España, gracias a Carlos V y a la ayuda recibida por parte del Papa.

Este hecho de gran importancia logra despertar aquel deseo de envidia en los monarcas de los dos imperios perdedores (Francia e Inglaterra), quienes no contentos con aquel favor otorgado por el Papa a la corona Española, deben soportar también el derecho de exclusividad dado por la iglesia para la colonización y explotación de las riquezas del nuevo mundo.

Es así como en Francisco I surgen las siguientes reclamaciones: “¿Qué derecho asiste Carlos V para ser el único usufructuario de esas tierras? El Papa Alejandro VI dio una bula fantástica otorgando a los reyes de España y Portugal el derecho de repartirse el nuevo mundo. ¿Tenia derecho para hacerlo? ¿Le pertenecían estas tierras?”[2], y decide que él posee los mismo derechos divinos para reclamar un pedazo de tierra en el nuevo mundo y que en esa decisión papal no existe obligación alguna que lo constriña a cumplirla a cabalidad, por lo que decide que la mejor forma existente para lograr apoderarse de una parte de tales riquezas, es valiéndose de la ayuda de los corsarios y piratas, un excelente medio, un grupo de hombres expertos en las artes del abordaje y el asalto a los grandes botines de mar.

Es así como el puerto de Dieppe ubicado en Normandia toma un lugar importante en la historia de Caribe al consolidarse como la cuna de las aventuras que vinculan a Francia con el oscuro mundo que paralelamente se viene desarrollando adentro del mar Caribe, en ese mundo frío, oscuro y prohibido los franceses entraban con demasiada cautela, haciéndolo de diferentes formas, unas veces como piratas y otras como corsarios, pero siempre teniendo en cuanta que se encontraban bajo la bendición de su rey.

Debido a las malas relaciones existentes entre la corona Inglesa con la corona Española, los Ingleses deciden la implantación de una fuerte y voraz piratería en contra de los puertos españoles en el caribe. Es así como la corona inglesa decide que debe ser participe en el desarrollo de esta nueva fuente de adquisición de riquezas que representa América, por lo que por medio del Caribe, y bajo formas no licitas Inglaterra se adentra en aquel mundo frío y oscuro al que los Franceses también incurren, pronto se comienza a ver que los Ingleses y los Franceses tienen una cita en común, y es para generar un competencia de intereses comunes: la riqueza Americana.

La responsable de llevar a cabo esta tarea es la reina Isabel quien encuentra en sus perros de mar (corsarios y piratas) la forma de boicotear por medio del contrabando y la pillería el comercio del caribe. Para estas enmiendas cuenta con las grandes familias del condado de Devon y Playmouth los Hawkins y los Drake, los primeros dedicados al contrabando y los segundos marinos aventureros dedicados al comercio de la guerra, dentro de los cuales sobresale uno de los piratas más importantes en la historia Sir Francis Drake.

Inglaterra en los tiempos del rey Enrique decide construir naves dotadas de grandes cañones, así como 85 barcos de guerra, que posteriormente servirían a la corona, pues estos barcos y la astucia de la corona “dejo a los piratas el negocio de la marina mercante, y los piratas descubrieron, la mina que en le siglo XVI vale más que toda hulla del mundo, África, con su carne de color carbón. La cuestión era muy simple: cazar negros en la Sierra Leona, y venderlos en Santo domingo[3]”, y es así como finalmente comienza la injusta explotación del mercado Americano.

La vida en las islas del caribe cambia de faz. En los puertos solo se habla de corsarios y piratas, y las ciudades se consideran tan solo como pequeñas fortalezas que los enemigos asaltan y queman sin mayor esfuerzo.

El caribe fue entonces, el escenario donde finalmente las tres grandes coronas Europeas usufructuaron las riquezas del nuevo mundo.

Dentro de esta historia sobresalen unos personajes que se consideran los antagonistas del cuento, no son buenos, pero por si solos no se consideran malos, quienes realmente les dan vida y les otorgan el protagonismo que realmente tienen son las tres coronas, los personajes mas sobresalientes durante todo este proceso y a los que me refiero son los corsarios y piratas, encontrando dentro de estos los bucaneros y filibusteros.

Se hace necesario hacer la distinción entre cada una de estos personajes ya que la historia nos a presentado la idea equivoca que son similares, para así designarlos como un solo grupo de personas, los piratas.

Los corsarios. “El corsario es el particular que en virtud de contrato (carta de marca o patente de corzo) estipulado con el estado bajo cuyo pabellón navega, persigue, captura, o visita barcos mercantes de países enemigos, quedándose con las presas capturadas o parte de ellas, y sujetándose a reglas previstas por la legislación (por ejemplo el Libro del Consulado del mar o el código de las Partidas en el caso de los dos grandes estados hispánicos medievales). Las patentes de corso autorizaban a perseguir a los piratas y las embarcaciones enemigas en tiempo de guerra, colocaban al navío corsario prácticamente en la condición de un buque de guerra y permitían a sus propietarios quedarse con las presas que capturasen.”[4]

Muestra de la importante labor que libraron estos personajes, por ejemplo es la tarea que realizo Sir Francis Drake a favor de la reina Isabel, para la cual consiguió espléndidos botines robados de los barcos del rey Felipe, y en conmemoración a estos actos y haber logrado dar la vuelta al mundo como hazaña de Inglaterra en el siglo, logro ser nombrado caballero.

Los piratas, son tildados como los enemigos del genero humano, eran hombres que no respondían a ninguna autoridad, se regían por sus propias reglas, y los botines que recogían pertenecían solo a ellos, se caracterizaban por llevar en el palo mayor una bandera negra, decorada con una calavera y los huesos de las canillas cruzadas, sus barcos son de apariencia siniestra, “su leyenda es la leyenda del caribe. Ante su solo nombre tiemblan en La Habana los españoles, en Kingston los ingleses, en Martinica los franceses, en Curaçao los holandeses, en el mar los marinos, en la tierra los ricos y hasta en la sombra de los montes las mujeres, los frailes y los niños.”[5] Un claro ejemplo de la piratería fue el capitan Teach, “Barba negra”.

En cuanto a los bucaneros y filibusteros se debe decir que se hicieron en el caribe en cada uno de sus puertos por lo cual, “no hay que pensar que estas islas de los siete colores solo existen ingleses, holandeses, franceses, españoles, indios, negros, hugonotes, católicos y puritanos. Al contrario quienes dan el color local en el XVII son los bucaneros y filibusteros. La historia es de ellos por que son ellos los que inventan un sistema original de lucha. Los otros piratas, de corte europeo, hacen en el caribe las mismas cosas que en canal de la mancha: su escuela sigue siendo la francesa, o la inglesa con aplicaciones al medio americano, El bucanero no: el no tiene cuentas pendientes con ningún rey europeo su rey es su capitán, y capitán el mejor cuchillo de la pandilla. Todo como entre hermanos. Los bucaneros hablan como en ingles, como en francés, como en holandés, como en español: anticipo del papiamento.”[6] Los bucaneros son hombres de un peculiar salvajismo, les encanta cazar puercos en los montes, lugar donde descansan por lo general, cuando no están tirados en la playa.

En esto radica esencialmente la diferencia con los entre los bucaneros y los filibusteros, hombres de comportamiento y reglas similares pero que viven mas en el mar que en el monte.

Finalmente es de vital importancia concluir que en todo este proceso de colonización Americana fueron protagonistas tres imperios, la corona Española, la corona Francesa y la corona Inglesa, es lo que hoy denominamos como el imperio Europeo, pero hay que decir que no fueron aliadas desde el principio, sino que la corona Española marco el dominio de la explotación Americana, adhiriéndose posteriormente a este proceso y de formas poco convencionales las coronas Francesas e Inglesas, para que finalmente todas tuvieran un objetivo común: la explotación Americana.

Explotación que deja como consecuencia un continente subdesarrollado económicamente, con una cultura totalmente dependiente de la de los otros continentes y con una religión producto de la herencia de todas esas actuaciones europeas, la religión católica.

Hoy por hoy el continente americano se caracteriza no por una cultura autóctona sino por una mezcla de razas, culturas y religiones que marcan a un continente más que subdesarrollado sino totalmente dependiente.


[1] Arciniegas, German. Biografia del Caribe. Porrua. Mexico 2000, pag 11.

[2] Arciniegas, German. Biografia del Caribe. Porrua. Mexico 2000, pag 106.

[3] Arciniegas, German. Biografia del Caribe. Porrua. Mexico 2000, pag 117.

[4] http://www.mgar.net/var/corso.htm

[5] Arciniegas, German. Biografia del Caribe. Porrua. Mexico 2000, pag 303.

[6] Arciniegas, German. Biografia del Caribe. Porrua. Mexico 2000, pag 177.