sábado, mayo 19, 2007

Los partidos políticos a la luz del 9 de abril - Ramírez Lopera

Los partidos políticos a la luz del 9 de abril

Por Ana Catalina Ramírez Lopera

A lo largo de la historia de Colombia se han constituido como ejes centrales de las estructuras sociales, políticas y económicas, los partidos políticos tradicionales, en cuyas manos siempre ha estado la captación de adeptos de cada uno de los colombianos y han puesto al país dividido en dos. Estos partidos, Conservadores y Liberales, han encontrado en la alternación y lucha por el poder su modo de subsistencia y de llevar a la acción política los ideales que los conforman.

Sin embargo, la insistente lucha entre los partidos políticos tradicionales no siempre ha tenido el mejor de los cauces. “La genética de nuestros partidos tradicionales (Liberal y Conservador) se halla en las ideas europeas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX (…) el liberalismo tiene fuertes tendencias heterodoxas (constitución de 1853 – 1863. Reforma de 1936). El conservatismo es de orientación católica en materia religiosa (Constitución de 1843 – 1886 y leyes concordatarias)”[1]. El intercambio ideológico y el debate como herramienta participativa de la construcción del Estado, se han trasladado a la lucha armada y ha dejado a su paso ciento de víctimas de ambos lados, perdiéndose así, gran capital humano y sobre todo una herencia que aun padece el pueblo colombiano. Y ésta situación no es un devenir de lo últimos años, si no que encuentra sus causales estructurales desde principios del siglo XIX, que se enfatiza en la segunda mitad y a lo largo del siglo XX. Al respecto José Rizo en 1970 afirma sobre los partidos:

“Una característica en la historia política de Colombia, en la forma violenta como ella se ha desarrollado. Durante el siglo pasado numerosas guerras civiles llegaron a adquirir magnitudes realmente importantes. Durante el presente siglo Colombia ha vivido años de verdadera amargura a causa de la violencia política engendrada primordialmente en la lucha por el poder entre los dos partidos tradicionales, el liberal y el conservador.”[2]

Y es bajo esta lucha, algo que esta sin comprobar como causa real, que se da la muerte de Gaitán el 9 de abril de 1948. El contexto sobre el cual la muerte del caudillo muestra un inestable clima político debido a la proximidad de las elecciones presidenciales, en las cuales los liberales querían volver al poder, algo de lo cual se les había negado en los últimos años y que desde 1886, 45 años después había estado fuera de su alcance, que volvieron a perder y querían recuperar.

Gaitán perteneciente al partido liberal, representaba una nueva visión del partido, una esperanza para muchos de los colombianos y en su proyecto, una oportunidad de superar las problemáticas sociales. Pero el partido liberal en toda su historia ha presentado divisiones que han llevado a que se fragmentes sus ideales y a que se conformes facciones, que lo único que ha conseguido es que éste pierda el poder político y el norte de sus ideologías. Fue el caso del liberalismo radical, el de Gaitán, más adelante el de Galán y hoy se evidencia en los múltiples esfuerzos por encontrar la unidad liberal. Y esto en general ha sido una tendencia a lo largo de la historia y que no solo se presenta en el partido liberal, sino también en el conservador y en la actualidad con lo nuevos partidos emergentes que no encuentran espacio en las fuerzas tradicionales. “…en el caso de las elecciones presidenciales, el partido que detentado el poder lo ha perdido, cuando en su seno se han suscitado divisiones.”[3]

Para esta época, Gaitán representaba una de estas facciones, quería llevar al Gobierno la idea de que “…el país necesitaba muchos cambios sociales y la democracia era la mejor manera de lograr que esos cambios se llevaran a cabo. Los cambios propuestos por Gaitán estaban encaminados a lograr una sociedad más justa, donde la riqueza estuviera mejor distribuida y donde no existieran grupos exageradamente ricios y grupos exageradamente pobres. Y esta misión debía llevarla a cabo el partido liberal, dentro de los límites de la democracia y de acuerdo con las ideas socialistas. (…) Su objetivo principal fue el mejoramiento de las condiciones de vida de los grupos sociales menos favorecidos y por esta razón contó con el apoyo de miles de obreros y campesinos en todo el país.”[4]

Se pueden establecer diversas teorías sobre los partidos, su caracterización, el sistema electoral y de partidos y referirse a esto de manera concreta, e incluso se puede detener sobre los detalles de la muerte de Gaitán, los sacrificios humanos, la semidestrucción de la ciudad y las diferentes historias que se entretejieron ese día, tal y como lo hace de forma detallada Arturo Abella en su texto “…Así fue el 9 de Abril”, pero esto se queda corto para evidenciar la realidad de los partidos en el país.

Previo a la muerte de Gaitán, el país venía de una disputa violenta entre los diferentes bandos, cerrando el siglo XIX en medio de guerras civiles, luego del 9 de abril, la situación no mejoro. La dictadura de Rojas Pinilla y el surgimiento de la ANAPO como tercera fuerza política; el establecimiento del Frente Nacional como alternativa de intercambio del poder, disminución de la violencia y cierre de los espacios participativos[5]; el genocidio de la Unión Patriótica (UP); la muerte de candidatos presidenciales, todos representantes de ideales nuevos, renovadores y esperanzadores para el país; la Constitución de 1991 progresista y moderna, diseñada en pro de la participación y la democracia; y finalmente la estructuración de partidos independientes como nuevas fuerzas que representan minorías políticas en el país.

No se niega la importancia de la participación de los partidos tradicionales en los procesos democráticos y tampoco la relevancia de sus aportes en la historia de Colombia, de hecho si se pensara en una solución para los problemas que agobian al país, lo lógico sería que las fuerzas mayoritarias encabezaran estas, pero “…en el ejercicio del poder (…) ninguno de los dos se contentaba con parte del mismo, y prefería continuar tratando de excluir totalmente al otro. El resultado fue la violencia, las hegemonías y el alineamiento cada vez más sectario de los seguidores de uno y otro bando en defensa de lo que los consideraban sus sagrados intereses.”[6]

La muerte de Gaitán esta considerada como uno de los hechos de mayor relevancia nacional y trascendencia política en la historia del país. Su legado puede afirmarse que se ha perdido en medio de voces minoritarias que tratan de propender por alternativas a los poderes tradicionales. El oficialismo ha renunciado a estas tendencias por evitar irse al extremo de la línea ideológica. La historia en contextos distintos se ha repetido periódicamente. Aun existen esperanzas en que la democracia que se promulga en la Constitución llegará a las entrañas de los partidos tradicionales y que los espacios de participación no se cerraran de forma violenta y serán para el acceso de todos aquellos que quieran trabajar por el beneficio del país y su bien común.

BIBLIOGRAFÍA

· ABELLA, Arturo. Así fue el 9 de abril. Edit. Aquí Bogotá. Bogotá. Colombia, 1973.

· MELO, Jorge Orlando. Orígenes de los Partidos Políticos en Colombia. Edit. Instituto Colombiano de Cultura. Bogotá, 1978.

· RIZO, José. Los Partidos Políticos en Colombia. En: Universitas Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas No. 39 (nov. 1970).

· SALAMANCA, Guillermo. Los Partidos Políticos en Colombia. Edit. Librería los Mártires. Bogotá, 1961.

· SIERRA GARCÍA, Jaime. Partidos Políticos en Colombia. En: Revista Universidad Cooperativa De Colombia: Cooperativismo Y Desarrollo No. 64 (Feb.-Ago. 1996).

· www.memo.com.co


[1] SIERRA GARCÍA, Jaime. Partidos Políticos en Colombia. En: Revista Universidad Cooperativa De Colombia: Cooperativismo Y Desarrollo No. 64 (Feb.-Ago. 1996). p.p. 51.

[2] RIZO, José. Los Partidos Políticos en Colombia. En: Universitas Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas No. 39 (nov. 1970) p.p 67.

[3] Ibid. p.p. 68.

[4] www.memo.com.co

[5] RIZO, José. Los Partidos Políticos en Colombia. En: Universitas Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas No. 39 (nov. 1970) p.p 76.

[6] Ibid. p.p. 72.