El Presidente Manuel Murillo Toro
Por Juan Sebastián Ramírez Duque
Manuel Murillo Toro (Chaparral, Colombia, 1 de enero de 1816 - Bogotá, 26
de diciembre de 1880), fue un político y escritor colombiano.
Nacido en una familia humilde, este político, escritor y periodista liberal
colombiano. Durante el gobierno de José Hilario López fue Ministro de
Asuntos Exteriores y de Hacienda (1849-1853), impulsó la libertad de
industria y la ley de reforma agraria de 1850, según la cual el cultivo debe
ser la base de la propiedad de la tierra y que la acumulación de tierras
debía ser limitado de forma legal.
Alcanzó en dos ocasiones la presidencia del país. La primera vez durante el
periodo comprendido entre 1864 y 1866, y la segunda en el periodo entre 1872
y 1874. Fue fundador del Diario Oficial, órgano informativo institucional, y
centró la política de sus gobiernos en alcanzar la paz social a través del
diálogo, así como en la modernización de las infraestructuras del país, a
pesar de ser radicalmente contrario al intervencionismo del estado en la
economía. De hecho, fue promotor del llamado liberalismo radical.
En su faceta de escritor y periodista, fundó en 1847 la Gaceta Mercantil de
Santa Marta, además de colaborar en otras publicaciones. Su muerte, a
finales de 1880 supuso el fin de la influencia de las ideas liberalistas
radicales en el gobierno de la nación, dando paso a gobiernos conservadores
durante al menos 50 años.
PRESIDENCIA DE 1864-1866
Fue el primer presidente elegido popularmente bajo la Constitución de
Rionegro de 1863. Murillo Toro asumió el cargo de presidente en una época
muy difícil, porque el país acababa de salir de una guerra civil que golpeó
la legitimidad de las instituciones del territorio nacional, pero él era
optimista en poder reestablecer el orden.
Él era un fiel defensor de la Federación, su Constitución y sus leyes.
Además respetaba los principios democráticos, republicanos y liberales. Un
ejemplo de lo anterior, fue la revolución antioqueña que tuvo que afrontar
Murillo Toro, en la cual murió el gobernador liberal Pascual Bravo y tomó
el poder el conservador Pedro Justo Berrío. Después de estos hechos los
liberales le pidieron al presidente que invadiera a Antioquia con tropas
para reestablecer un gobierno liberal, pero Murillo Toro no aceptó, porque
la Constitución, las leyes, los principios democráticos y liberales no se lo
permitían, ya que el nuevo gobierno de Pedro Justo Berrío había sido
instaurado por la mayoría del pueblo paisa.
Durante su gobierno se independizaron la Iglesia y el Estado, porque los
cultos y las creencias pertenecían al campo de la filosofía y no de la
política. A Murillo no le gustaba la intolerancia religiosa, pero también le
molestaba que el poder público le hiciera propaganda a la religión. Esto lo
condujo a tener buenas relaciones con la Iglesia y las señoras de Bogotá.
En relaciones exteriores, Murillo Toro no pudo tener gran representación
diplomática con los diferentes países del mundo, porque el Congreso no le
aprobó muchos de los gastos solicitados por el ejecutivo en esta materia.
También el presidente salió bien librado de un inconveniente con Francia, ya
que el pueblo en Panamá había invadido el consulado francés por perseguir a
un comisario español. Murillo estableció el principio de no intervención en
asuntos internos de otras naciones debido a la guerra entre el Perú y
España. El gobierno de Manuel Murillo Toro suscribió un tratado de amistad,
comercio, navegación y limites con Costa Rica. En general las relaciones
con los diferentes Estados fueron buenas y con mucha imparcialidad en los
conflictos internacionales.
En cuestiones económicas, Murillo pagó puntualmente las obligaciones
surgidas de la deuda externa, y creó un banco de emisión de billetes para
que el servicio público se pagara en billetes y no en billetes de tesorería,
el cual sería establecido por ingleses con residencia en Bogotá.
Posteriormente mediante una ley se le autorizó al ejecutivo para hacer
concesiones al banco establecido en la capital y a los bancos que se fueran
creando en la República, Murillo Toro bajó los sueldos de los altos
funcionarios para equilibrar el gasto público y el ingreso.
Murillo Toro tenía un espíritu progresista, el cual se tradujo en la
construcción de muchas obras públicas. Entre las diferentes construcciones
se destacan las siguientes: construcción de un puente sobre el río
Chicamocha, construcción de un camino entre el Valle del Cauca y
Buenaventura, la implantación del telégrafo eléctrico etc.
Murillo Toro reorganizó la Imprenta Nacional y creó el Diario Oficial, el
cual es el padre de los diarios del país y donde se deriva la validez
jurídica de los actos gubernamentales. Por otro lado, restableció el Colegio
Militar e instaló escuelas en los cuarteles. Además durante este gobierno se
instauró el 20 de julio como festividad patria.
PRESIDENCIA DE 1872-1874
Murillo fue el primer presidente en tomar posesión en el capitolio nacional.
En su discurso de posesión expresó que el país debía progresar a través del
desarrollo de las comunicaciones.
En materia religiosa, él siguió con su política de tolerancia y respeto por
la Iglesia, aunque en este período sufrió una revolución apoyada por el
clero, lo cual lo obligó a decir que la libertad religiosa tenía límites,
confirmando así la separación del Estado y la Iglesia.
En el ámbito exterior, las relaciones con Venezuela estaban distanciadas,
porque desde la administración de Salgar no se legitimó el gobierno
venezolano de Guzmán Blanco, esto lo confirmó Murillo Toro porque él
sostenía que el gobernante venezolano no llegó al poder por decisión del
pueblo sino por la fuerza, sin embargo Murillo enfatizó en que su gobierno
seguiría cumpliendo con las obligaciones adquiridas con ese país. En esta
época el presidente no gozó de un gran apoyo del Congreso en la aprobación
de tratados internacionales.
En asuntos fiscales, se sancionó una ley para la conversión de la deuda
exterior, esta preveía que si los ingresos del tesoro federal no eran
necesarios para atender los gastos de la administración, el gobierno podría
reducir los gastos para atender el pago de la deuda exterior. Murillo
decretó una conversión que no le gusto a los acreedores nacionales y
extranjeros, pero estos la aceptaron, la ley y el decreto eran necesarios
para estabilizar la economía. También durante su presidencia se logró bajar
el costo de la deuda externa, se aumentaron los ingresos de la Nación y se
redujo el contrabando.
La labor en materia de ferrocarriles no tuvo gran éxito, pero la legislación
que se elaboró sobre este tema en esta presidencia, fue vital para los
avances ferroviarios y viales posteriores. En cambio, las conexiones
telegráficas alcanzaron una considerable extensión del territorio.
Por otro lado, la legislación nacional fue modernizada elaborando nuevos
códigos de comercio, civil, fiscal y penal. Además se hizo una compilación
de las leyes de 1863 a 1875.
En conclusión, Manuel Murillo Toro fue una persona que respetaba
profundamente la Constitución y las leyes, también tenía la convicción de
que el poder emanaba del pueblo soberano y por eso había que respetar la
voluntad de éste, para lograr de esta manera el progreso y fortalecimiento
del Estado Federado que tanto defendía él. El progreso fue la política
principal de sus gobiernos, creyendo que el desarrollo se debía fundamentar
en el avance de las comunicaciones para poder colaborar con las personas que
tuvieran muchas necesidades, ya que con la construcción de vías y el
telégrafo se le podrían brindar más oportunidades a los compatriotas, para
que estos accedieran a la educación y pudieran manifestar sus problemas de
manera rápida y de igual forma atender el conflicto de forma eficaz.
BIBLIOGRAFÍA
• BATEMAN D. Alfredo. Manuel Murillo Toro. Academia Colombiana de Historia, Bogotá, 1978, 185 páginas.
• ALMEIDA TORRES. Clodoaldo Jesús. Manuel Murillo Toro. Ediciones El Tiempo,
Bogotá, 1984, 450 páginas.
• Página de Internet de Wikipedia