martes, febrero 27, 2007

El edipo de sangre (Paz) Da Silva

EL EDIPO DE SANGRE
José María Obando
Por Paola Da Silva Díaz
Político colombiano. Antiguo oficial del ejército realista, en 1822 se pasó a las filas independentistas. En los años siguientes se alzó contra las dictaduras de Bolívar y Urdaneta, para restablecer en 1831 el gobierno liberal, en el que ocupó diversos cargos. En 1836 se reveló contra el presidente Márquez, pero fue derrotado y tuvo que huir del país. Cuando regresó, en 1850, fue nombrado gobernador de Cartagena y tres años más tarde accedió a la presidencia. Durante su mandato, el partido Liberal, representante de los intereses de artesanos y agricultores, planteó al Parlamento la exigencia de un arancel aduanero para proteger la industria nacional. La mayoría parlamentaria, dominada por los comerciantes, se opuso y ello provoco un movimiento militar y artesano encabezado por el general José María Melo. Se ofreció la jefatura del movimiento a Obando, pero éste la rechazó por lealtad a las instituciones. Finalmente triunfó la burguesía comerciante, lo cual comportó el destierro de Melo y la destitución de Obando el 4 de abril de 1855. Después de varios años de exilio, regresó para luchar contra Ospina y murió en combate. Temas de los que hablaré y precisaré detenidamente para así entender realmente lo que fue la vida del general José María Obando. José María Obando nació en Caloto (Cauca), el 8 de agosto de 1795; fue el fruto de relaciones ilegítimas entre miembros de aristocráticas familias payanesas. A los dos años de edad fue adoptado, en Popayán, por un matrimonio, formado por dona Agustina del Campo y López y don Juan Luís Obando del Castillo y Frías. Don Juan Luís, nacido en Pasto, se había establecido en las áreas de Popayán, como hombre de negocios y propietario de diversas haciendas. La educación de José María Obando fue la de los miembros de la élite payanesa de entonces, las primeras letras en la escuela de don Joaquín del Basto y tres años en el Real Seminario de Popayán. A los trece años ya ayudaba a su padre adoptivo en el cuidado de las haciendas. Las guerras de independencia, que tuvieron un carácter social en el sur, colocaron a Obando en el lado realista y, de 1829 a 1832, surgió como el líder de las masas negras de la región. Este liderazgo era resultado de la conjunción de vastas redes de clientela establecidas por su padre adoptivo en la región. Ingresó al ejército realista y asumió la defensa del Patia, región conocida como refugio de los negros huidos, donde las relaciones entre hacendados y campesinos se regulaban por tratados de mutua tolerancia; su comunidad negra veía en las fuerzas republicanas una amenaza para su forma de vida y un instrumento represivo de los señores esclavistas. Organizó campesinos y antiguos bandoleros de la región en guerrillas, como auxiliares del ejército realista. Cuando comprendió que la derrota realista era un hecho, intentó evitar una campaña represiva sobre el Patía. Entabló relaciones con oficiales republicanos, y finalmente se alistó con sus hombres en las tropas de Bolívar, en 1822. Su primera tarea como oficial republicano fue limpiar de guerrillas el valle de Patía, haciendo posible el paso de las tropas de Bolívar hacia Pasto. Entre 1823 y 1827 sirvió como comandante de la línea del Río Mayo, lo que aprovechó para consolidar su liderazgo y autoridad militar en el sur. En buena parte de este período, hasta 1828, se desempeñó como gobernador de Pasto; aplicó una política sutil a favor del indígena y de comprensión de la reticencia de las élites al republicanismo, lo que le ganó la simpatía de los pastusos. En este período también entró en relación con miembros importantes del republicanismo. Hizo amistad con Joaquín Mosquera y con los generales Antonio Obando y José María Córdova, pero también se ganó la enemistad de Juan José Flores y Tomás Cipriano de Mosquera. Estas circunstancias, unidas a su profundo regionalismo, lo llevaron a ser partidario de Santander en las luchas contra la dictadura Bolivariana, en desarrollo de éstas derrotó a Mosquera, funcionario de Bolívar en el sur, en 1828. Posteriormente fue vencido por Bolívar quien, conocedor de la importancia de Obando como intermediario de poder en el sur, firmó un tratado favorable al vencido. Cuando Bolívar se retiró de la Presidencia en 1830 y se desataron las ambiciones de múltiples líderes, Obando fue acusado del asesinato del mariscal Antonio José Sucre, pero los cargos nunca fueron probados. A raíz del golpe de estado contra Joaquín Mosquera, Obando combatió exitosamente al gobierno de Rafael Urdaneta en 1831 y, como vicepresidente, encabezó el régimen establecido para preparar el regreso de Santander. En 1832 Obando fue enviado a recuperar de la tutela ecuatoriana a su región de origen. Reincorporó el Cauca a la Nueva Granada y permaneció como la figura principal del sur hasta 1836, cuando fue derrotado en una elección presidencial que redujo su prestigio. El levantamiento de los de Los Conventillos, en la provincia de Pasto en 1839, permitió a sus enemigos revivir los cargos del asesinato de Sucre. En julio de 1840, apoyándose en las masas de negros e indígenas, consiguió comprometer a todo el sur en una rebelión contra José Ignacio de Márquez. Aunque contaba con el apoyo de los caudillos regionales de Antioquia, Santander, Boyacá, Panamá y la costa, perdió su ejército en 1840. Escapó y reemprendió su revuelta a comienzos de 1841, para ser definitivamente derrotado en julio del mismo año. Esta pelea, conocida como guerra de los supremos, tuvo un marcado acento de lucha social en el Cauca y a nivel nacional se caracterizó como federalista. Obando huyó hacia el Perú, donde permaneció en exilio hasta 1849, adelantando polémicas periodistas con Mosquera. Regresó con la imagen de mártir del partido liberal, y desempeñó posiciones militares y diplomáticas durante el gobierno de José Hilario López. Candidato para sucederle en la presidencia, alcanzó la victoria en las elecciones de 1852. Tomó posesión el primero de abril de 1853. La constitución aprobada por el congreso en 1853 fue sancionada por el presidente Obando, que la juzgaba para controlar el orden público. Además consagraba la separación entre Iglesia y Estado, el sufragio universal y directo, y la elección de gobernadores, lo que incrementó la división liberal y el malestar social. El 17 de abril de 1854, el general José María Melo ofreció a Obando poderes dictatoriales. Cuando el presidente los rehusó, Melo asumió el poder. Melo fue derrotado por fuerzas militares combinadas liberales y conservadoras a finales de 1854. Obando fue acusado de complicidad en el golpe y juzgado de alta traición por el senado. Aunque fue absuelto, fue destituido de la presidencia. Obando regresó a la vida política en 1860, cuando se unió a la exitosa revuelta federalista dirigida por su antiguo adversario, Mosquera, contra el gobierno de Mariano Ospina Rodríguez. Obando se dirigía a Bogotá con un gran número de soldados y fue atacado por fuerzas del gobierno y finalmente muere en la batalla el 29 de abril de 1861.